El tejido en todas sus formas ha sido siempre una labor que apunta a la funcionalidad. Desde sus inicios, unos cuántos miles de años a.C., cumplía el rol de cubrir cuerpos y proteger de las inclemencias del clima. Hoy lo sigue haciendo, pero ya casi nunca por una necesidad real de supervivencia, más bien se hace por algo estético. Que si nos encargaron una bufanda de un rosa precioso, que si nos pidieron unos calcetines con franjas amarillas o, simplemente, que a nosotros nos dieron ganas de tejer un sweater con figuras brillantes, figuras que reluzcan y destaquen sobre el tejido mismo.

Y sabemos tejer, claro, podemos hacerlo, pero ¿existe un hilado con perlas? Y de existir, ¿tiene ese hilado las perlas en los lugares precisos para crear formas? Quizás algún día exista, pero por ahora apostaría mi ganchillo favorito a que no. Sin embargo, lo que sí existe son mostacillas ¡y de tantos tamaños y colores! Así es que por qué no mezclarlas con el hilado indicado y darle a ese tejido un aspecto diferente.

Seguro has visto trabajos que llevan mostacillas tejidas encima. Y es precisamente eso de lo que estamos hablando. Tal vez, a simple vista, te parezca algo muy elaborado y difícil o hasta pienses que esas mostacillas han sido bordadas sobre el tejido. Si piensas eso, déjame decir que estás equivocada. No es difícil y tampoco han sido bordadas sobre el tejido, de hecho, si estuviesen bordadas encima, tarde o temprano, se caerían y quedarían perdidas dentro de la lavadora. Así es que para mostrarte esta técnica y que puedas intentar aplicarla sobre tus tejidos, te mostraré las cosas más básicas que debes saber, los materiales y algunas muestras en las que puedes inspirarte.

Lo primero que debes tener en cuenta es que esta técnica se realiza sustancialmente con el hilado indicado y las mostacillas correctas. Si escoges un hilado demasiado liviano y delgado, las mostacillas que debes aplicar deben ser también livianas. Y aquí es mera cuestión de lógica, pues es evidente que si ponemos mostacillas gruesas y pesadas en un hilado liviano – como Merino o Socks –, éstas provocarán una caída excesiva en tu prenda.

Entonces, vamos por las mostacillas.

No se trata de volverse un experto en el tema, basta con que te memorices lo siguiente: a menor número en la medida de la mostacilla, mayor será su tamaño. Por consiguiente, a mayor número en la medida de la mostacilla, menor será tu tamaño.

Te invito a revisar el catálogo de mostacillas para que puedas comprobarlo por ti misma. Una mostacilla 3/0 tiene el agujero de 3mm y una mostacilla 8/0 tiene su agujero de 1mm. Como puedes ver, la 3/0 es más “grande” que la 8/0, que solo tiene 1mm en su orificio.

«LA REGLA DE ORO PARA COMPRENDER LAS MEDIDAS DE LAS MOSTACILLAS ES: A MENOR NÚMERO EN LA MEDIDA DE LA MOSTACILLA, MAYOR SERÁ SU TAMAÑO»

Una vez que comprendas esto, es momento de que también te fijes en las formas que tienen, pues cada forma podrá servirte para un fin distinto. Las más comunes y las que mejor se dan para comenzar son las circulares, pero ten cuenta que existen cúbicas, triangulares y cilíndricas.

Ahora bien, dentro del terreno de las mostacillas también es muy importante que sepas que existen las mostacillas calibradas. Estas son las más recomendadas a la hora de tejer trabajos prolijos y uniformes, pues dichas mostacillas son idénticas entre sí y no correrás el riesgo de que alguna sea más grande que otra o que su forma y agujero puedan ser distintos. La marca Toho es una de las que tiene mayor cantidad de colores y formas y, por supuesto, son todas calibradas.