Jesu Saez es arquitecta de profesión, una erudita de las bellas artes y, por sobre todo, una artista del bordado. Nos cuenta que ha pasado por diversas etapas antes de poder llegar a lo que es hoy su arte, y que en todas esas etapas ha podido construirse a sí misma. Quizás te preguntas qué es el fotobordado y, probablemente, te hagas alguna idea por el sonido de la palabra: foto/bordado. ¿Y si te digo que esto va más allá de lo que estás pensando? Que tiene que ver con lo patrimonial, con lo histórico y, por supuesto, con las labores del hilo y la aguja.

1.- ¿Cómo fue tu primer acercamiento a la fotografía y al bordado?

O primero, antes de ir a la respuesta en sí, es decir que la técnica del fotobordado no la creé yo, no sé quién fue y, ni siquiera en las investigaciones para mi tesis he podido dar con el creador absoluto de esto. Entonces, para mí, esto fue un descubrimiento que comenzó en otra técnica en el año 2016: en la acuarela. Cuando vi que la aguja pasó de la tela al papel, sentí que había inventado la rueda ¡fue lo máximo!

El bordado tradicional viene en mi familia desde mi mamá, mis tías y mis abuelas, pero, con todo el respeto que se merece, me parecía algo muy doméstico y utilitario. Para mí eso no era desafiante ni creativo, e insisto, no tiene nada que desmerecer, pero para mí no era suficiente. Entonces, a raíz de que la acuarela no me daba las texturas que yo quería, se me ocurrió bordar el dibujo y darle una profundidad que no hubiera podido lograr de otra forma ¡y fue con hilo metálico! De ahí pasé a los collages, que mezclaban ambas técnicas con alguna que otra foto. Y, finalmente, luego de harta experimentación y aprendizajes, llegué al fotobordado. Mi familia ha sido muy artista y quiero pensar que todo eso está canalizando en mí a través de lo que estoy haciendo hoy.

"CUANDO VI QUE LA AGUJA PASÓ DE LA TELA AL PAPEL, YO SENTÍ QUE HABÍA INVENTADO LA RUEDA ¡FUE LO MÁXIMO!"

¿Crees que tu formación de arquitecta, vinculada a todo lo que nos cuentas, ha enriquecido tu trabajo en el fotobordado?

Acá quiero destacar inmediatamente la capacidad de asombro y la motivación hacia la investigación porque parte del arte es el conocimiento y el aprendizaje. Hay que entender que lo que se observa viene siempre con una historia y que en esto de los caminos artísticos hay muchísimas vertientes. Dicen por ahí que la arquitectura es la madre de todas las artes, no sé si será verdad, pero me gusta pensar que desde allí nacen muchas cosas, ya que gracias a ella he podido entender los espacios, la luz y las composiciones. Y pasa algo muy loco e importante porque a raíz de esto descubrí el patrimonio de los oficios, lo inmaterial, lo que nosotros somos. Yo creo que desde aquí nace esta extensión mía que es Fotobordado Chile y la importancia de comunicar más de lo que se puede.

Jesu, derivado de lo que mencionas “lo investigativo” ¿podemos concluir que tus obras tienen un trasfondo histórico o un sentido mayor al meramente estético?

Sí, de todas formas. Cuando digo que partí de atrás para adelante es porque hay un proceso largo de exploración y estudio. Yo me demoré un año en atreverme a hacer clases de fotobordado porque me preguntaba cómo iba a enseñar algo que a mí nadie me enseñó. Yo nunca me detuve a analizar cómo hacía las cosas y, por lo mismo, no me sentía capaz de enseñarlo ¡capacidad de asombro! Jajaja, no sabía cómo hacía lo que hacía. Y es tanto, que quise hacer una maestría para reafirmar mi conocimiento; ahí fue cuando me metí al máster en bellas artes y tuve que apoyar todo lo que “sabía” mediante teóricos que ni siquiera conocía.

Creo que a partir de todo esto es que he encontrado la misión de lo que estoy haciendo, que es llevar el fotobordado a un patrimonio inmaterial emergente. Y, de hecho, eso tiene directa relación con lo que se viene ahora en Fotobordado Chile.

«QUIERO LLEVAR EL FOTOBORDADO AL NIVEL DE PATRIMONIO INMATERIAL EMERGENTE, QUE SE RECONOZCA Y SE LE POSICIONE DONDE DEBE ESTAR»

Si quiero iniciarme en esta técnica del fotobordado ¿qué es lo indispensable que debo saber sobre los materiales? ¿Alguna aguja en particular, un tipo de papel?

Es muy necesario reconocer los materiales, pero por sobre todo hay que saber que esto varía de persona a persona.

Agujas e hilos hay muchísimos, pero, por ejemplo, en cuanto al papel, el espesor es clave. Del gramaje del papel va a depender la comodidad y seguridad que se siente al bordar. No es lo mismo bordar un papel mantequilla que una servilleta, una foto o una hoja de árbol. Entonces, mi recomendación es que siempre el papel sea de más de 200g. Ahora, las agujas sirven todas, siempre y cuando no se quiebren tan rápido. Yo tengo agujas de todo tipo y, al final, uno termina acostumbrándose a alguna.

¿De dónde salen las fotografías que utilizas para tus trabajos y por qué la mayoría son antiguas?

Disfruto mucho de los mercados y los persas, y lo disfruto en todos lados. Ver fotografía siempre me ha llamado la atención porque me pregunto, inevitablemente, cómo llegaron estas memorias acá, de quién eran y por qué la familia a la que le pertenecían no las cuidó; es mi parte sentimental. Y así, me he convertido en coleccionista de fotografías, algunas las guardo por lo que me entregan y otras porque me inspiran mucho para lograr una pieza de arte.

La mayoría de mis fotografías son antiguas porque forman parte de mi colección personal y, por lo mismo, son en blanco y negro. Igual trabajo en fotografía a color, pero eso tiene un sentido distinto porque significa que es algo que se creó después de cierto año y cierto hecho histórico.

Vayamos ahora a una pregunta que no puede faltar ¿Cómo ves el futuro de la comunidad de Fobordado Chile a corto y mediano y plazo?

¡Ay, qué entrete! Hemos hablado harto de Jesu Saez, que hace varias disciplinas, pero hay una parte de mí que quiere potenciar el talento a nivel nacional con el fotoboradado. De alguna manera he querido separar mi marca, que es Jesu Saez, con algo que pueda motivar al resto en esta disciplina.

Primero fue Hilando el recuerdo, la misma cuenta que es ahora Fotobordado Chile. Allí subía todas las obras que hacían mis alumnas, pero tampoco estaba muy convencida porque Hilando el recuerdo era y es el nombre bajo el que yo trabajo mis obras. Entonces cambié el nombre e incluí a Chile para que fuera algo nacional y así pudiera lograr esta misión de promover, difundir y potenciar el fotobordado a nivel país. Quiero promover lo colectivo con la técnica.

Esto partió el 2021, pero estuve trabajando desde España en la organización de exposiciones y encuentros; y ahora que estoy acá estoy muchísimo más involucrada y puedo hacerlo yo misma. Pretendo que durante el año tengamos dos grandes exposiciones colectivas, eventos varios y, anualmente, un encuentro de fotobordado. Pero ¿¡sabes qué!? Este año se hicieron dos encuentros ¡Es que la convocatoria fue enorme! Y a raíz de eso, ya tengo en mente dos grandes exposiciones para el otro año. La primera y la más importante es la que va a ser en mayo del 2025 porque se realiza en conjunto con las iglesias patrimoniales de Chiloé, justo para conmemorar el mes del patrimonio. Y es que es eso precisamente lo que más me gusta de todo esto, poder llevarlo a lo patrimonial, que es lo que la gente, en general, desconoce.

«EL PATRIMONIO INMATERIAL AQUÍ ES LO MÁS IMPORTANTE, NO SE TOCA, NO SE VE, Y ESO ES LO QUE QUIERO RESCATAR CON EL FOTOBORDADO».

Jesu, y finalmente ¿Todos podemos ser parte de Fotobordado?

¡Por supuesto! Fotobordado no se cierra, está abierto a todo público y todos pueden participar de las actividades que se hagan, teniendo siempre el foco de que esto busca rescatar la técnica a nivel nacional y de forma patrimonial. Además, hay que tener súper claro que lo que se busca es generar comunidad y. en ningún caso, competencia. Todos trabajamos la misma técnica con nuestro propio sello y la idea es compartir conocimiento, inspiración y contribuir a esta comunidad de la que estamos hablando.