- Imagina...

Imagina una hoja en blanco. Imagina un estuche lleno de lápices de todos colores. Imagina que tomas uno, el que más te gusta. Rápidamente, piensas en lo que vas a dibujar: el diseño de un sweater, una flor para bordar o un dibujo que quieres regalar. Lo que sea. Acercas el lápiz al papel, visualizando esa imagen que guarda tu imaginación y que ya casi ves terminada en la hoja aún vacía. De pronto, del lápiz sale una línea tosca y dura, que nada se parece a la bella imagen que imaginabas. Lo intentas de nuevo, pero tampoco resulta. Luego, desilusionada, lo dejas y te vas a hacer otra cosa.
En este punto, pareciera que se abre el camino en dos: por un lado están las que luego de la prueba eligen otras disciplinas de su interés, alejándose de esa sensación de frustración, y por el otro las que perseveran y vuelven a tomar el lápiz y el papel —o los materiales de su gusto— y logran recorrer el camino, sobrepasando las dificultades, en una constante exploración y arduo trabajo, que nos demuestra que sentir que casi lo logramos y que falta poquito es muchas veces, más estimulante que lograrlo a la primera.

Es que vivir el proceso, es para una persona creativa una forma de relacionarse con su entorno y de superar el agobio de la realidad. Abstraerse como vía de escape, para crear algo que nos da paz. Y si bien, siempre partimos la conversación asegurando que todas y todos somos creativos, hay quienes tienen más sensibilidad o más interés y deciden explorar estos caminos. Esas personas se convierten en artistas.

"Varias de las decisiones que tomo día a día, incluso cómo resuelvo los problemas que enfrento, tienen que ver con la Creatividad.”

La Creatividad es una capacidad que nos permite responder a las situaciones que vivimos de maneras nuevas. Es también, una habilidad que nos produce sensaciones gratas, alegres y que nos estimula a continuar una labor. Ese estímulo inicial, ese entusiasmo, se alimenta de la inspiración y nos moviliza llevándonos a vivir creativamente.
Algunos estudiosos dicen que las personas con personalidad creativa necesitan más tiempo a solas, son introvertidas, intuitivas y se entregan a sus pensamientos y observaciones lúdicas con más frecuencia que las personas menos creativas. Es decir, se dejan llevar por eso que observan y se entregan a sus fascinaciones. Estarás pensando: "¡eso me pasa a mí! cuando me quedo pegada mirando las nubes que se ven lindas cuando las atraviesa el sol o cuando veo los colores de las frutas mientras voy a la feria o mientras pasa una mariposa y su aleteo me distrae".