Meditación Activa

ANDREA BARRIOS

MEDITACIÓN ACTIVA


ANDREA LLEGA AL BORDADO DE LA MANO DE SU GRAN AMIGA, DE SU PRIMA Y, SEGURAMENTE, MOVIDA POR ESA FUERZA COLORIDA QUE LLEVAMOS DENTRO TODOS QUIENES SENTIMOS A LAS MANUALIDADES COMO UNA PROLONGACIÓN DEL ALMA. Y ES ALLÍ MISMO DONDE ELLA ENCUENTRA SU CENTRO Y EL DE SUS ALUMNAS, EN LA MEDITACIÓN QUE PUEDE SURGIR POR EL ROCE DE LOS HILOS EN LA PIEL Y POR EL TRAZADO DE LOS SÍMBOLOS EN LA TELA. ANDREA NO BORDA PORQUE SEA SU TRABAJO, BORDA PORQUE ES UNO DE LOS MOTIVOS DE SU FELICIDAD.

No es curioso que cada vez que indaguemos en la historia familiar de una persona que se dedica a las labores, nos encontremos con alguna abuela o tía que era costurera, bordadora o tejedora. Me atrevería a decir que es algo genético, algo así como un destino del cual no se puede escapar. Y no porque se esté obligado a sucumbir a las agujas y a los hilos, más bien porque se anhela y desea con tanta fuerza que se vuelve una necesidad.

Es ese el caso de Andrea Barrios, bordadora especializada en el Sashiko, diseñadora gráfica por profesión y matriarca de Siencuentapuntos por pasión. Lleva 7 años dedicada a la técnica del bordado japonés y hoy lo imparte, lo expone y lo utiliza como punto de encuentro entre sus alumnas que, más allá de reunirse a bordar, se reúnen a meditar con los hilos sobre la vida. Sincuentapuntos, es hoy una escuela de bordado que evoca toda esa postal hogareña en que Andrea, reunida con su prima Loreto, compartía el espacio en que sus abuelas bordaban y tejían tardes enteras.

Aunque parezca extraño, la verdad es que Andrea no había bordado hasta el año 2014 y es por una casualidad del destino que se encuentra cara a cara con esta técnica. ¿Cómo fue el momento exacto en que el bordado llegó a tu vida?

Siempre me ha gustado el textil, el diseño textil y el arte en general. Había tomado talleres de telar, de costura, de teñidos, pero nunca de bordado, y la verdad es que no aprendí a bordar en serio hasta que una amiga me contó del Taller de Karen Barbé. Fue como un impulso, me inscribí y me encantó. Además, la técnica que aplicamos fue la más clásica del bordado, entonces ese cuidado, esa pausa y la elección de cada punto y color terminó por conquistarme.

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“ME FASCINÓ LO SIMPLE DE LA PUNTADA, EN ESPECIAL EL HECHO DE QUE SEA CAPAZ DE TRANSFORMAR LA TELA”

Hay diversos tipos de bordados y todos proveniente de distintas culturas ¿te decantaste por el Sashiko por algún motivo en particular o fue algo totalmente orgánico?

Después de conocer el bordado clásico y motivada por ese interés permanente en lo textil, me decidí a cursar el Diplomado de Arte Textil y Diseño de Superficies en la UC. el año 2016. Luego, la Directora del Diplomado – y ahora mi gran amiga, Paola Moreno – hizo un workshop de Sashiko y Boro. Y desde ese momento decidí que iba a ser mi técnica de expresión textil. Me fascinó lo simple de la puntada, en especial el hecho de que sea capaz de transformar la tela en soportes de mensajes y, al mismo tiempo, en remendarla y fortificarla.

Teniendo en cuenta que tu conexión con el bordado fue casi fortuito y que tuviste a una gran maestra, cuéntanos ¿cómo pasaste de ser alumna de Karen Barbé a profesora y creadora de una escuela de bordado japonés?

Todo fue gracias a un Workshop de Paola Moreno en que me “sumergí”, junto a mi prima y socia de Sincuentapuntos, Loreto Guzmán, en el mundo del Sashiko. Estudiamos, investigamos, probamos un método de enseñanza y armamos talleres de prueba, tipo “focus group” con amigas y familiares. Desarrollamos un plan de aprendizaje en módulos de distintas puntadas, uso del color, explicaciones de la historia del Sashiko, etc. y nos lanzamos a la vida de la enseñanza de esta bella técnica. Hemos realizado cursos y talleres desde el 2017 y siempre hay cosas nuevas que transmitir y recibir de las experiencias de las y los alumnos.

El bordado Sashiko, por su delicadeza y minuciosidad, requiere de un alto grado de concentración ¿tiene esto algo que ver con las características que requiere una persona para poder aprenderlo?

Sí, de todas maneras. Y puede que sea una característica que un aprendiz no sabe que tiene, pero la premisa es que si no sigues el camino con paciencia y concentración para lograr el diagrama que estás bordando, de seguro tendrás que desarmar y volver al inicio. Más que saber bordar bien, es una acción de meditación activa, de encontrarte con el gesto de la mano y el recurso del bordado.

Entendiendo elSashiko como un acto de meditación ¿los diagramas que se utilizan tienen un trasfondo? ¿Puedes crearlos tú misma o tus propias alumnas?

El origen del Sashiko viene de una situación de precariedad de sus creadoras, y digo creadoras porque fueron mujeres las que lo desarrollaron en un inicio. Asó. esta precariedad llevó al remiendo a aplicar figuras y diagramas que representan buenos deseos, de prosperidad, de larga vida, de la esperanza de la primavera, del logro de una buena pesca, etc.

Los diagramas más antiguos y tradicionales ya se usaban en otras piezas o técnicas, como la cerámica, la marquetería, en insignias y sellos del antiguo Japón. Actualmente, los cultores de esta técnica han ido desarrollando diagramas y puntadas con temas más contemporáneos y actuales, lo mismo pasa con los colores.

Yo creo que siempre que uno respete el origen e inspiración de mensajes a través del bordado es posible crear nuevos patrones y diagramas. En nuestro Taller, por ejemplo, lo hacemos y experimentamos un montón, tanto así que las alumnas más antiguas han logrado resolver figuras con trascendencia y significado.

Quizás suena a una explicación algo complicada, pero en el Sashiko uno no borda la figura, no bordas una flor o una manzana, sino que bordas el desarrollo del símbolo que representa la primavera y la esperanza del renacimiento al florecer los cerezos.

“NO BORDAS UNA FLOR O UNA MANZANA, SINO QUE BORDAS EL DESARROLLO DEL SÍMBOLO QUE REPRESENTA LA PRIMAVERA Y LA ESPERANZA DEL RENACIMIENTO”

Para quienes practican estas labores, pero conocen únicamente el bordado “más tradicional” ¿existen más técnicas de bordado japonés, aparte del Sashiko, en las que actualmente estés trabajando?

Claro, dentro del Sashiko hay distintos tipos de puntadas y cada una tiene sus reglas. Por ejemplo, hasta ahora los talleres han ofrecido módulos de puntadas Moyozashi, que es la puntada pequeña; Hitomezashi, la puntada larga; y enlazados, que viene siendo el recorrido entre puntadas sin atravesar la tela. También, estamos armando talleres con otra puntada que se llama Kogin. Esta sí que requiere desafiar la concentración y desarrollar la paciencia, y no sólo en la técnica sino que también en el momento en que te dedicas a aprender. El Kogin es de otra zona de Japón, distinta al origen del Sashiko, pero responde al mismo propósito de reforzar las telas, embellecer el remiendo, lograr una vida más larga de las prendas de vestir y, por supuesto, decorar con cariño y experimentar. Entonces sí ¡actualmente estamos yendo bastante por el Kogin!

No, y esos no son los únicos tipos de bordados. Fíjate que hay otra técnica de costura a mano que se llama Boro y que se caracteriza por ser una técnica de remiendo visible, pero a mi me gusta más el desarrollo de construcción de nuevas telas en base a restos y descartes textiles porque se transforma en un método muy amigable con el medioambiente. Entonces, como broche de oro, la investigación nos ha llevado al Pogaji. Y ustedes dirán ¿qué es eso?, por qué tanto nombre distinto y similar al mismo tiempo.

El pogaji es una especie de quilt coreano. Una belleza de labor manual. Sus inicios son de hace 2.000 años y originalmente se unían pequeños bloques de telas con doble costura en las uniones, esto para lograr un medio transporte y envoltura de objetos. ¿Te imaginas? Una obra de arte para tener una bolsa o “mochila”. Actualmente se sigue usando como envoltorio de regalos, y también por el tipo de tela que es semi transparente se suele utilizar como cortina o corta vistas

 

El espectro de posibilidades con el bordado oriental es bastante amplio, entonces ¿Cómo vez en Chile el desarrollo de estas técnicas? Teniendo en cuenta que junto a tus alumnas ya han participado en varias exposiciones y que están desarrollante todas estas disciplinas.

Sincuentapuntos ha expuesto en 5 oportunidades. Cada una de estas exposiciones ha sido una experiencia para las participantes que trasciende a lo textil, pero que siempre ha estado enmarcado en una comunidad amable, respetuosa y expresiva. Cada exposición ha sido una especie de manifestación de un trabajo personal que cabe dentro del desarrollo grupal.

No es fácil dedicarse a lo textil o lo manual. Pero mostrar o exponer es poner en valor la dedicación, la paciencia, el aprendizaje. Generalmente la mayor retribución es mostrar que hay resultados virtuosos de esos momentos dedicados al desarrollo de una técnica, que en este caso es un poco comunitario. 

Y ahora, algo súper importante y que todos queremos saber ¿qué proyectos tiene Andrea Barrios a corto y a largo plazo?

A corto plazo seguir entusiasmando a más personas a tomarse un tiempo para aprender y compartir, en mi caso a través del bordado y la costura. Tener un espacio generoso de talleres textiles de Sashiko, Kogin, Pogaji, Boro. Creo que compartir el conocimiento es un gran propósito que conlleva una gran responsabilidad.

También quisiera desarrollar y producir insumos para el desarrollo de las técnicas mencionadas, todo esto a través de Revesderecho. Hay algo divertido y pretencioso. Quiero proponer productos diseñados en este rincón del mundo con lenguaje occidental, como kits de proyectos o herramientas y accesorios para facilitar el trabajo manual de esto que, muchas veces, puede parecer una disciplina que demanda un alto trabajo intelectual.

Y a largo plazo me gustaría que, con pasar del tiempo, este trabajo y dedicación tenga un reconocimiento y valoración en los resultados. Que las personas que no van a practicar las técnicas quieran y valoren tener una prenda u objeto textil en su entorno. Es decir, me gustaría mucho ver el reconocimiento de la labor y la calidad que hay detrás del trabajo. Que un cojín no sea visto sólo como un objeto para apoyar la espalda, sino que se entienda como un complemento artístico que es parte de un ambiente completo, y entender que ese ambiente fue pensado y logrado para ti por las manos de artesanos, artesanas y artistas.

Artículo por Marcelo Cortés. 

 

 

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